domingo, 20 de mayo de 2012

TRADICION DE MEXICO




LA  CUARESMA

Los primeros cronistas de nuestra historia que relatan el encuentro de la cultura occidental con la mexicana, dan amplio testimonio del profundo espíritu religioso de los indígenas y de cómo este espíritu abarcaba también las costumbres y hábitos alimentarios; es decir, existía toda una tradición gastronómica vinculada a las creencias y ceremonias religiosas.
Por ello no es de extrañar que al realizarse la conquista espiritual por parte de los españoles, se produjera un cambio en los hábitos alimentarios propios de las fiestas religiosas, para adaptarlos a los usos y costumbres que exigía el ritual de la nueva religión. Surge así una cocina cuaresmal y una cocina navideña en la Nueva España, por ser estos dos ciclos en torno a los que la liturgia cristiana. Estas tradiciones, que perduran hasta nuestros días, pueden decirse que son, en su , prehispánicas, porque los protagonistas son indígenas (como es el caso de los guisos de nopales, flor de calabaza, huauzontles, verdolagas, papas, moles y tamales, por citar algunos). Los guisos de Cuaresma conforman una tradición gastronómica mexicana, la cual se enriquece con elementos aportados por la cocina hispánica.
En lo que se refiere a la tradición culinaria cuaresmeña, está dominada por dos elementos rituales: el ayuno y la abstinencia. El ayuno, porque obliga a la realización de un solo , es la comida principal del día; en cuanto a la abstinencia, como su nombre lo indica, está prohibido el uso de las carnes en todas sus variedades, pero no el de los vegetales y los pescados, los cuales pueden ser ingeridos en toda su variedad.


LAS CALAVERAS

Cuando hablamos de la vida, la muerte tiene lugar. No son el temor ni la tristeza las compañeras de la "calaca" en esta ocasión. Son la escritura en verso y los grabados que dan vida a imágenes muy mexicanas, divertidas y jocosas, transformadas en una opción de desahogo cuando se vive un malestar.
Una de las tradiciones mexicanas en peligro de extinción son las "calaveras", antiguamente llamadas "panteones".
Las calaveras o panteones son como un epitafio-epigrama lacónico, dice el zamorano Eduardo del Río "Rius", y están escritas en forma de verso dedicado a los amigos y a los otros, sólo en Día de Muertos. Una de sus características es que constituye una oportunidad para expresar lo que se piensa acerca del otro o de los otros, de espacios, funciones o cosas, de un régimen del pasado y del presente. No es fácil decir lo que uno piensa de los demás, por eso las calaveras constituyen una forma de literatura valiente.
Quienes escriben calaveras o panteones son personas que ven a la muerte con un sentido del humor, combinado con ingenio que le imprimen a sus escritos. Gustan desarrollar su imaginación para decir lo que piensan, aceptando el reto de comunicarse en verso, octavas o décimas de todos los sabores y gustos.
Esta forma de escritura se desarrolló desde el siglo XIX. Al cobrar fuerza en el siglo pasado, las calaveras comenzaron a ser censuradas por los gobiernos en turno, debido a que una gran cantidad sirvió como crítica a los funcionarios, pues en ellas se manifestaba la inconformidad que imperaba entre los gobernados. La policía llegó a confiscar o a destruir muchas de éstas, por eso no es fácil encontrarlas en las hemerotecas. A pesar de la censura, en el Día de Muertos se ejercía, y ahora muy poco, esta forma de escribir, con el consentimiento de las autoridades.
Hay quienes hicieron periodismo atrevido con las calaveras dedicadas a magistrados, maestros, poetas, militares, artistas y otros personajes, mismas que publicaban en hojas sueltas, en periódicos, revistas, y se vendían al público el 2 de noviembre.
Entre estas publicaciones se encuentra La patria ilustrada, semanario del siglo xix, que registra algunas de las calaveras más antiguas.
También hay quienes se manifestaron con gran fuerza en el arte sobre el tema de la muerte. El más reconocido por sus grabados e ilustraciones de calaveras fue José Guadalupe Posada. Sus calacas de Francisco Villa, de Zapata, sus famosas catrinas, Don Quijote de La Mancha y calaveras ciclistas, entre otras, dieron la vuelta al mundo

EL NACIMIENTO
Los investigadores afirman que fue San Francisco de Asís quien concibió la idea de poner lo que hoy se conoce como nacimiento. En los primeros años, éste estaba conformado por un grupo de personas que reproducían en vivo la "adoración de los pastores": la Virgen, San José, el Santo Niño, los pastorcillos, un burro y un buey se reunían alrededor de una casita de paja, en forma de portal, construida especialmente para el evento, en cuyo interior se colocaba un pesebre.
Como probable fecha de este notable acontecimiento se de el año de 1223, aunque muy pronto los seres vivos fueron sustituidos por figuras.
Paulatinamente, Ia costumbre se extendió a todos los países católicos. Los llamados belenes se instalaron en todas Ias iglesias en tiempo de navidad, y posteriormente Ias familias empezaron a colocar nacimientos en sus propias casas para solaz de chicos y grandes.
En México se encuentran pinturas y retablos con escenas de Ia Natividad y Ia adoración de los pastores y reyes que datan de finales deI siglo XVI, pero, no hay evidencia anterior al XVIII.
En un principio se incluían pocos personajes: Ia Virgen, San José y el Santo Niño, conjunto que se conoce como misterio; luego, poco a poco, Ia imaginación de los mexicanos agregó, además de los Santos Reyes y los pastores, diversos animales, toda clase de representaciones religiosas y una variada vegetación.
En un delicioso relato, madame Calderón de Ia Barca describe un nacimiento que presenció en 1840 en casa de una familia acomodada en Ia ciudad de México: La escena era muy bonita: había plataformas cubiertas de musgo, instaladas alrededor de todo un cuarto, donde se dispusieron grupos de figuras de cera que representaban principalmente pasajes del Nuevo Testamento, aunque algunas veces empezaban con Adán y Eva en el paraíso: estaba la Anunciación, los Reyes Magos, los pastores, la huída de Egipto. Había árboles verdes y árboles frutales, pequeñas fuentes que proyectaban transparentes columnas de agua, y rebaños de ovejas y un pequeño pesebre. Todo estaba brillantemente iluminado y adornado con flores y guirnaldas.
Aproximadamente de Ia misma época data Ia descripción de un nacimiento narrada por Antonio García Cubas, quien relata que Ias colinas estaban formadas por piedras de mina con brillantes cristalizaciones. EI autor critica Ia mezcla de plantas de todos Ios climas, cubiertas de escarcha blanca, simulando nieve, y de animales de todas Ias regiones deI mundo.







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