domingo, 20 de mayo de 2012

TRADICION DE VERACRUZ

Candelaria en Tlacotalpan



  
 La devoción por la Virgen de la Candelaria fue traída por la orden de Orden de San Juan de Dios, de España, a principios del siglo XVII. Los festejos de la Candelaria datan del siglo XIX y es venerada cada 2 de febrero.


La devoción por la Virgen de la Candelaria en Tlacotalpan fue traída por los primeros frailes de la Orden de San Juan de Dios de España.
Los festejos de la patrona de los tlacotalpeños datan desde finales del siglo XIX. La Virgen de La Candelaria era paseada por el río, con la finalidad de que los pescadores (quienes la adoptaron como su patrona) tuvieran abundante pesca durante el año; costumbre ancestral que se conserva hasta la fecha.
Tlacotalpan es la cabecera del municipio del mismo nombre y pertenece al estado de Veracruz. Está ubicado en la margen izquierda del río Papaloapan. Dista unos 100 kilómetros del puerto de Veracruz.
Es una bella ciudad que cuenta con una interesante y larga historia, ligada estrechamente al desarrollo de la región sur de Veracruz.
Hacia los inicios del siglo XVI, la zona donde se ubica dicha población, fue denominada como Sotavento, término que era muy común utilizar en aquel entonces, para aludir al sentido direccional y climático del lugar, con respecto a la costa.
Su existencia prehispánica se encuentra relacionada con un cacicazgo indígena. Los nativos del lugar le dieron el nombre que hasta hoy conserva y cuyo significado en náhuatl es “en mitad de la tierra” aludiendo al vasto terreno dividido por el agua del “Río de las Mariposas” o “Papaloapan”.


La devoción por la Virgen de la Candelaria es, en Tlacotalpan, muy antigua y, según las versiones más autorizadas, fue traída por la orden de los juaninos a principios del siglo XVII.
Esta imagen, que llegara con los primeros frailes de la Orden de San Juan de Dios de España, es venerada y festejada el día 2 de febrero.
La imagen es introducida con la intención de convertir a los antiguos habitantes de la región al cristianismo, sustituyendo a la deidad prehispánica de la fertilidad que, coincidentemente, era venerada en las mismas fechas y a la que le rendían tributo para obtener beneficios de la tierra, como eran: buenas cosechas, abundancia de peces y buena temporada en general.Los habitantes estaban acostumbrados a las tormentas que azotaban la entonces isla de Tlacotalpan, por los fuertes vientos septentrionales, llamados “nortes” por los veracruzanos.     


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